domingo, 17 de abril de 2011

-Economistas, analistas y predicciones.

James Montier es sin duda un personaje controvertido y rompedor pero siempre interesante. Ex jefe de estrategia en Societe General, trabaja en la actualidad en GMO, la gestora de Jeremy Grantham cuyas cartas a sus accionistas son absolutamente imprescindibles para cualquier inversor “value”.

El ínclito Montier autor, entre otros, de “Las siete Leyes inmutables de la inversión” y cuya lista de libros recomendados (entre los que hay muchos interesantes) podéis ver aquí, “escupió” en “Tao de la inversión” la opinión que le merecían los pronósticos, especialmente de los economistas y analistas, así como su utilidad en el mundo de la inversión. Un artículo de BusinessDay extracta un interesante resumen :



"…No puedo entender como tantos inversores pierden tanto tiempo en una actividad (predicciones) que aporta tan poco valor y tiene tan pocas probabilidades de éxito.

Vamos a suponer que inviertes siguiendo el siguiente esquema de trabajo:
1º) Pronosticar la situación de la economía.
2º) Pronosticar la evolución de los tipos de interés.
3º) Pronosticar que sectores, teniendo en cuenta lo anterior, lo harán bien.
4º) Y por último pronosticar dentro de ese sector, cuales serán las mejores acciones.

Vamos, igualmente, a suponer que aciertas en cada pronostico un 70% de las veces (porcentaje muy por encima de lo que hemos visto hasta ahora). Si necesitas que los cuatro pronósticos sean correctos, tienes finalmente un 24% de probabilidades de acertar con las acciones ganadoras. (Asumiendo que cada pronostico es un suceso independiente).

Ahora piensa acerca de la cantidad de predicciones que a su vez cada uno de los cuatro modelos de análisis contiene. Ventas, costes, impuestos, etc.

Vamos a obviar el hecho de que los analistas casi nunca aciertan. Pero incluso si milagrosamente un pronóstico resultara correcto solo podrías ganar dinero si el pronóstico es diferente al del consenso del mercado, lo cual añade una nueva dimensión a la complejidad del problema.

Parece bastante evidente que es una
tontería realizar pronósticos.

Los economistas no tienen la clave (en el mundo de la inversión). Cualquier falacia tiene mayor credibilidad que los pronósticos macroeconómicos que hacen y los analistas tampoco lo hacen mejor.

Mi colega Rui Antunes ha estudiado el grado de precisión de los analistas. En USA durante el periodo 2001-06 el error medio en los pronósticos a 24 meses es del 93% y a 12 meses del 47%. En Europa los datos no son mejores; a 24 meses el 95% de error y a 12 meses el 43%.

Los analistas tampoco aciertan a la hora de predecir sobre beneficios futuros (de las empresas). Sus resultados en el intento de adivinar el futuro a largo plazo no son mejores que en el corto plazo. Basta con simple vistazo rápido para darse cuenta que los analistas no tienen ni idea acerca de cual será el crecimiento a largo plazo.

Montier termina por cargar contra la absurda preocupación de los analistas por pronosticar los precios a los que llegaran las acciones. ¿Por qué insisten en intentar pronosticar precios? Como señala Ben Graham, pronosticar precios no forma parte del análisis fundamental. Los analistas tienen un pasado muy embarazoso en lo que a fijar precios se refiere.

En un estudio de nueve años sobre las predicciones de precios realizadas por analistas para un plazo de doce meses erraron, de media (por arriba), en un 25% cada año. Pero es que además
en cuatro de los nueve años los analistas ni siquiera fueron capaces de acertar la dirección correcta.

La conclusión que podemos sacar después de este fracaso en las predicciones (macroeconómicas, de estimación de beneficios y de precios) es que sería una locura fundamentar un proceso de inversión en la habilidad para “adivinar” el futuro. Nos iría a todos mucho mejor si siguiéramos la respuesta de Keynes cuando le preguntaron sobre el futuro: “Simplemente no lo sabemos
”.




En un post de hace casi cuatro años ya destaqué esta cuestión.
Conocéis, de sobra, mi antídoto contra la futurología; empresas correctas (muy, muy predecibles) al precio correcto y siempre dentro de tu circulo de competencia.


Koldo.
moatcapital@gmail.com
twitter.com/Moatcapital