martes, 21 de diciembre de 2010

-Para 2011: Grandes multinacionales.

Robert G. Hagstrom es un reconocido escritor, autor, entre otros, de “The Warren Buffet Way” , un autentico best seller allá por 1995 aproximadamente y el primer libro que yo leí acerca de Buffet. Se trata de un libro muy recomendable y con prologo del mismísimo Peter Lynch (al menos la edición que yo tengo). Comento está cuestión porque, aunque la opinión de todo el mundo debe ser respetada, no toda opinión tiene el mismo valor.

Pero además, a diferencia de lo que yo llamo “inversores de salón”, la opinión de los que gestionan o invierten dinero efectivo, a mí, personalmente, me merece mayor respeto en el mundo de la inversión que la ofrecida por los teóricos o el mundo académico. Y el señor Robert G. Hagstrom es, además de escritor, nada menos que Vice Presidente y Director de Legg Mason Capital Management, entidad que gestiona más de 15 mil millones de dólares.

Centrándome en la cuestión, Robert G. Hagstrom, en unas recientes declaraciones a Bloomberg, afirma que "las mayores empresas de EE.UU. están listas para obtener grandes ganancias debido a que los inversores van a ir sacando su dinero de los fondos de renta fija para ir buscando seguridad, calidad y rendimiento".

Según él, en estos momentos hay “un estanque lleno de grandes multinacionales de alta calidad que fácilmente duplicarán su precio en los próximos cinco años, y que van a producir un excelente retorno sobretodo si lo comparamos con la renta fija o los depósitos”. Él, está convencido que esa debe ser la estrategia para los próximos años ya que compañías como Cisco Systems Inc., el mayor fabricante mundial de redes de equipos informáticos, Abbott Laboratories, fabricante de medicamentos, dispositivos médicos y productos nutricionales o Medtronic Inc., el mayor fabricante mundial de dispositivos del corazón, están, según él, cotizando a precios que implican que sus ingresos no crecerán durante años.

A continuación añadió que en toda su ya dilatada carrera de 25 años como gestor, "este es el momento de análisis más fácil que he tenido si tenemos en cuenta los precios a los que cotizan algunas empresas con respecto a su valoración, aunque reconoce que por el contrario, psicológicamente, ahora es difícil comprar porque muchos inversores se salieron de la bolsa.

Con la caída del Standard & Poor's 500 en un 38 por ciento durante el año 2008, su peor descenso en 70 años, los inversores cambiaron el dinero de los fondos de acciones por fondos del mercado monetario y renta fija a largo hasta el punto que, según datos de la empresa Instituto de Inversiones en Washington, a octubre de este año, 29 mil millones de dólares habían sido retirados de los fondos de acciones, mientras que 267 mil millones habían ido a parar a los fondos de renta fija.

Pero, insiste en que “la caída de los precios de los Bonos del Tesoro y Municipales en EE.UU. iniciada a principios de noviembre ha puesto freno a la demanda de fondos de renta fija y las grandes multinacionales de EE.UU. son la alternativa más convincente.
Eso nos va a conducir hacia las grandes multinacionales del S & P 500, o más específicamente del S&P 100, con rentabilidades por dividendo de entre el 2 y el 4 por ciento”.


Lo dicho. Parece una opinión a tener en cuenta.

¡Feliz Navidad¡

Koldo.
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martes, 7 de diciembre de 2010

-INVERTIR EN CHINA, ¿ES SEGURO?

Hace unos días leía un artículo en Forbes que recogía las opiniones de un analista de UBS (ver original) concluyendo que la forma inteligente de invertir en los países emergentes consistía en hacerlo a través de multinacionales. Estoy absolutamente de acuerdo.

En estos momentos el 13% de los beneficios de las empresas del SP 500 son aportados por los llamados países emergentes. Si tenemos en cuenta que Europa aporta un 17% podemos observar la creciente importancia de países como China en el resultado global de las multinacionales. Los ingresos de las 28 mayores empresas del SP 500 crecen, según UBS, a un ritmo del 14% fuera de EEUU y tan solo del 6,2% en USA.

El estratega de UBS toma como ejemplo a la multinacional YUM Brands, empresa no demasiado conocida en España pero propietaria de más de 38.000 restaurantes (es mayor que McDonalds) a través de Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut o TacoBell entre otros. Hace aproximadamente un año que ya me referí a ella pero su precio entones era muy atractivo.

Como señala el analista de UBS, YUM Brands es una de las estrellas de comida rápida norteamericanas, pero además es uno de los mayores jugadores en los países emergentes con especial presencia en el mercado chino.

Kentucky ha logrado un desayuno barato, mezcla de sabores orientales y americanos, que entusiasma a los chinos.

Los beneficios obtenidos por la filial china de YUM en los nueve primeros meses superan en más de un 18% a los obtenidos por la compañía en USA. Los beneficios en China crecen a un ritmo cercano al 30% anual. El margen que se obtiene en los restaurantes de YUM en China ronda el 24% mientras que en USA apenas llega al 15%. China está siendo el motor de la empresa y la razón que ha motivado una subida cercana al 45% desde el momento en que la analicé en diciembre de 2009.

China (y el oro) están de moda. Son muchos los gurus de salón, gestores e inversores (que curiosamente con posterioridad uno se entera que apenas invierten en renta variable) que recomiendan invertir en China. Mi recomendación es olvidarse de invertir en empresas chinas e incluso en fondos que invierten en empresas chinas. Si para los analistas de UBS es complicado “navegar por las oscuras contabilidades de las empresas chinas” y lidiar con con la seguridad jurídica que “aportan” las autoridades chinas no digamos las dificultades que tenemos los demás.


Las ventas de otras grandes multinacionales del consumo básico también aumentan de forma notable en los países emergentes. En Unilever y CocaCola se acercan al 50% y las más "retrasadas" como Pepsico o Danone ya superan holgadamente el 30%.

La solución más sencilla y segura para invertir en China y participar de su extraordinario crecimiento es hacerlo a través de las grandes multinacionales como YUM Brands pero ojo, siempre comprándola al precio correcto y ahora no es el momento. Pepsico por el contrario si se encuentra en mi radar.

Koldo.
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-Oro.

Que el oro ha sido la mejor inversión en los dos últimos años es una realidad.

Que lo vaya a ser en los próximos cinco años es una cuestión muy diferente. Ya me he referido a ello en algún comentario anterior.


Si la historia fuera lo que determina el rendimiento futuro de una inversión, como dice Buffet, los bibliotecarios serían los mejores inversores.

El oro tiene un gran problema; no produce dividendo. Si las cosas se ponen mal, el oro, a diferencia de las grandes multinacionales con buenos dividendos, no “te darán de comer” incluso te puedes ver obligado por tus necesidades a deshacerte del metal en el peor momento para su venta.

Los dividendos te permiten “sobrevivir” en tiempos complicados sin necesidad de minorar tu capital.

El oro no es productivo, ni ofrece renta alguna. En el oro estas jugando a una única carta que consiste en colocárselo a otro por un precio superior y eso tiene un nombre; especulación.

No tengo nada contra la especulación pero me parece muy peligroso para un particular. Pensar que vas a poder salirte antes que los profesionales me parece poco realista.


Uno de los mayores errores que puede cometer un “inversor” es creer que está invirtiendo cuando realmente lo que está haciendo es especular. Para que un activo pueda ser considerado una inversión debe producir un rendimiento por si mismo con independencia del precio que tenga en cada momento y además hacerlo con carácter periódico.

El nuevo mantra de la inversión es el oro. Y todos deberíamos conocer como terminan siempre los “nuevos paradigmas”. Pero claro “esta vez es diferente” porque estamos hablando del oro.

Por último y parafraseando a Buffet: “Debes ser codicioso cuando los demás son temerosos y temeroso cuando los demás son codiciosos.”

El tiempo dirá. Pero yo lo tengo muy claro.


Koldo

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martes, 23 de noviembre de 2010

-INTERES COMPUESTO Y PLANES DE PENSIONES.

Albert Einstein consideraba el interés compuesto como la “octava maravilla del mundo”.

Explicado de forma sencilla consiste en añadir los intereses ganados al principal de forma que esos intereses obtenidos sirven a su vez  para generar nuevos intereses.


Cuando uno entiende el interés compuesto comprende el porqué muchos grandes inversores preferían "reparar su coche antes que comprar el último modelo". 30.000 Euros al 7% durante 25 años, reinvirtiendo los intereses, supone la nada despreciable cifra de 152.171 euros  

Los mismos 30.000 euros al 14 % parecen el doble. Enorme error. Es muchísimo más. Son 696.366 euros. Es el increíble poder del interés compuesto.

Es sorprendente que una ley tan universal e inmutable de la inversión sea tan escasamente conocida por la gente de a pié, incluso por muchos profesionales de la inversión.


La realidad es que nuestros estudiantes estudian de todo, cosas que jamás van a utilizar y sin embargo principios básicos, como el interés compuesto, que con independencia de la edad, profesión…, en algún momento de su vida con toda seguridad les vendría bien conocer (como por ejemplo ser conscientes que es preferible un buen gestor a un buen jamón cuando suscriban un plan de pensiones) pasan desapercibidos. El efecto que tiene  en el capital final  la reinversión de los dividendos (o los intereses) y lo que supone obtener anualmente "un poquito más", es algo que debería formar parte de la educación más básica de una persona.

La magia del interés compuesto permite que, cuando se gestiona a una tasa adecuada, se puedan obtener a largo plazo rentabilidades extraordinarias. Por eso es fundamental rentabilizar la cartera a tipos superiores a la media de mercado aún cuando sea ligeramente por encima y si además es posible, reinvertir los intereses. La diferencia a largo plazo será enorme.


En alguna ocasión ya me he referido a que el interés compuesto es uno de los "grandes tapados" de las Sicavs y otras figuras de inversión.


Koldo

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miércoles, 17 de noviembre de 2010

-LAS EMPRESAS NO SON DE LOS DIRECTIVOS, SON DE LOS ACCIONISTAS

Es bastante obvio, pero a menudo se nos olvida.

A continuación pego la contestación a una cuestión planteada respecto al retorno esperado cuando una empresa acomete una nueva inversión. Me sorprende que incluso se pueda llegar a justificar que se destine parte del dinero de los accionistas a aventuras cuya rentabilidad se desconoce. Aquí esta el original de Cotizalía

"A Andrew Groves, CEO de Intel yo le hubiera contestado que me resulta más emocionante irme al casino con unos amigos que entregarle mi dinero para que lo “invierta” (¡que eufemismo!) a una tasa de retorno que desconoce.

Respecto a Colón; ya lo he comentado muchas veces, una cosa es que algo suponga un gran avance para la humanidad y otra muy diferente que resulte rentable para los que ponen el dinero (Internet, automóvil, aviación….). Yo, por supuesto que le hubiera preguntado acerca de la tasa de retorno esperada.

Lo que ocurre es que si nos conformamos con un retorno del 4% (invertido en activos de riesgo) pues todo vale para la gloria del CEO.

Una Compañía lo que tiene que hacer, si considera que no puede reinvertir sus beneficios a tasas superiores al 12%, es DEVOLVER el dinero a los accionistas.

Parafraseando a Buffet: “La mayoría de los directivos, si pueden, intentan que la empresa crezca de forma inteligente, pero si no pueden lo harán de cualquier otra forma.”

Respecto al dividendo repartido con dinero tomado a préstamo (especialidad GM) también me he referido muchas veces. Como dicen ahora no quiero “rayarme”.

Un cordial saludo,


Koldo

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jueves, 11 de noviembre de 2010

-THE SUPERINVESTORS OF GRAHAM AND DODDSVILLE.

The Superinvestors of Graham and Doddsville es un articulo de la revista de la Columbia Business School basado a su vez en una transcripción de una charla que tuvo lugar en la Universidad de Columbia en 1.984 conmemorando el quincuagésimo aniversario del libro escrito por Benjamín Graham y David L. Dodd “Security Analisis”.

El artículo se reproduce en muchos libros de Buffet y en ediciones de “El inversor Inteligente”. Como señala el editor, el ensayo de Buffet ofrece un fascinante estudio de cómo los discípulos de Graham han utilizado el estilo “value” para alcanzar un fenomenal éxito en el mercado de valores.

Michael Jensen profesor de la universidad de Rochester firme partidario por aquellas fechas, como buena parte del sector académico, de la teoría eficiente de los mercados, afirmaba que batir a los mercados es simplemente una cuestión de azar. Aceptando el desafío Buffet utiliza el azar como punto de arranque para refutar la teoría eficiente de los mercados y defender el “value investing”.

Me gustaría aclarar que la traducción que a continuación se expone y que utilizaré en el libro que actualmente estoy preparando, es una adaptación personal y no se corresponde ni a su sentido literal ni al texto original completo. El texto original en ingles puede consultarse aquí.



Buffet:

¿Buscar valores con un importante descuento (“margen de seguridad”) respecto a su valor, es a día de hoy (1984) una manera de abordar el mercado o por el contrario se trata de un sistema caduco?

Muchos de los sectores académicos consideran que se trata de un sistema pasado de moda. Argumentan que el mercado de valores es eficiente; esto es, que los precios de las acciones en cada momento ya reflejan todo lo que se conoce acerca de las expectativas de una empresa y sobre el estado de la economía. No hay acciones infravaloradas, argumentan estos teóricos, porque hay buenos analistas de acciones que utilizan toda la información disponible para garantizar indefectiblemente que los precios son los correctos. Los inversores que parecen superar al mercado año tras año lo consiguen porque tienen suerte. Si los precios reflejan toda la información disponible, este tipo de técnica de inversión debe ser descartada”, escriben algunos de los académicos.

Tal vez. Pero yo quiero referirme a un grupo de inversores que, año tras año, han superado el índice Standard & Poor's 500. La hipótesis acerca de si esto es, o no, pura casualidad merece por lo menos un examen más detenido. Es fundamental para valorar este análisis tener en cuenta el hecho de que estos inversores que han superado a los índices y posteriormente citaré, eran conocidos míos desde hace más de quince años y en su momento ya los había identificado como inversores superiores a la media.

Antes de comenzar este análisis, me gustaría que imaginéis un concurso nacional de lanzamiento de moneda al aire. Asumid que vamos a llegar hasta 225 millones de estadounidenses mañana por la mañana y les vamos a pedir, a todos, que apuesten un dólar. Los que acierten ganan un dólar que les pagaran los que no aciertan. Cada día los perdedores abandonan y al día siguiente las apuestas hechas por todos los ganadores se ponen de nuevo en marcha. Después de diez lanzamientos al aire tendremos, aproximadamente, 220,000 personas en EEUU que habrán acertado consecutivamente en los diez lanzamientos.

Este grupo probablemente empezará a sentirse un poco “crecido”. Es lo que tiene la naturaleza humana. Tratarán de ser modestos pero en las fiestas, ocasionalmente, señalaran a atractivos miembros del sexo opuesto su técnica y las maravillosas ideas que ellos aportan al campo de los lanzamientos de moneda. 

En otros diez días tendremos 215 personas que habrán acertado sus 20 lanzamientos de moneda de forma consecutiva y que en consecuencia, cada uno habrá convertido su dólar inicial en poco más de un millón de dólares. 225 millones de dólares se pierden, 225 millones de dólares se ganan. Para entonces, este grupo ganador “perderá la cabeza” .Probablemente escribirán libros sobre “Cómo convertí un dólar en millones en veinte días trabajando treinta segundos por la mañana”. Peor aún, probablemente empezarán a impartir seminarios por todo el país sobre eficiencia en el lanzamiento al aire de las monedas y a enfrentarse a escépticos profesores con, “¿ si no puede hacerse, por qué hay 215 de nosotros que lo hemos conseguido?”.

Pero entonces algún profesor de alguna escuela de negocios señalará que el resultado sería el mismo si en lugar de personas hubieran sido 225 orangutanes los que hubieran participado en el ejercicio. 215 orangutanes seleccionados al azar conseguirían los mismos 20 aciertos consecutivos.

Me gustaría argumentar, sin embargo, que hay algunas diferencias importantes en los ejemplos que voy a presentar.

Por un lado, si (a) Había 225 millones de orangutanes distribuidos más o menos entre la población de EE.UU; si (b) Si quedaron 215 ganadores después de veinte días; y si ( c) Si coincide que 40 de los orangutanes procedían de un único zoo en Omaha, se podría concluir con bastante seguridad que has dado con algo. En consecuencia, es probable que pidas al cuidador del zoo que te comente lo que les está dando de comer, si realizan ejercicios especiales, qué libros leen, y quién sabe qué más. 

Esto es, si te encontrases con cualquier otra concentración realmente extraordinaria de éxito, es posible que desees analizar si podrías identificar alguna característica inusual en ese grupo. Toda investigación científica sigue un patrón. Si se trata de analizar las posibles causas de un tipo raro de cáncer - por ejemplo 1500 casos en un año en EEUU- y se encuentra que 400 de ellos ocurren en algún pequeño pueblo minero en Montana, interesaría centrarse en el agua de allí, o el tipo de trabajo de los afectados, u otras variables. Está claro que no es azar que 400, de entre un grupo de 1500, procedan de un área pequeña. No se conocen necesariamente los factores que ocasionarían la enfermedad pero si se sabe dónde buscar.

Hay formas de buscar el origen de estas “rarezas” que son distintas que la puramente geográfica. Además del aspecto geográfico existe lo que llamo el origen intelectual. Encontrar un desproporcionado número de aciertos al lanzar una moneda al aire en el mundo de la inversión y que un alto número de ellos proceda de un pequeño “pueblo intelectual” que podría llamarse GRAHAM Y DODDSVILLE, no puede explicar que una concentración tan significativa de ganadores tenga su origen en la suerte. 

Ahora supongamos que vives en una sociedad fuertemente patriarcal y cada familia en EEUU está compuesta por diez miembros. Si asumimos que la cultura patriarcal en ese pueblo era tan fuerte que cada miembro de una familia se identificaba con lo que decía el padre, al final del periodo de veinte días, tendrías 215 ganadores, pero te darías cuenta que proceden solamente de 21,5 familias puesto que todos los miembros de una familia han actuado siguiendo los dictados marcados por el padre.

Algunos ingenuos pueden decir que los aciertos se deben a un importante factor hereditario, pero esta cuestión sería irrelevante porque simplemente significaría que realmente no tenías 215 ganadores individuales, sino más bien 21,5 familias distribuidas al azar y dirigidas por su respectivo patriarca que son los que realmente serían los ganadores.

En este grupo de inversores de éxito (“familia”) que quiero considerar, ha habido un patriarca intelectual común, Ben Graham. Pero en este caso “los hijos” que abandonan la casa de este patriarca intelectual han encaminado “sus lanzamientos” de una manera muy distinta unos de otros. Han ido a diferentes lugares y compraron y vendieron diferentes acciones. Sin embargo han tenido, en su conjunto, un historial que simplemente no puede explicarse por razón de la suerte o del azar. El éxito conjunto no puede explicarse por el hecho de que todos ellos están realizando los lanzamientos de forma idéntica porque un líder les estuviera indicando, exactamente, como hacerlo.

El patriarca simplemente se ha limitado a establecer el esquema intelectual en la toma de decisiones pero cada estudiante ha decidido aplicar la teoría a su manera.

El esquema de pensamiento común de los seguidores de Graham-and Doddsville es éste; buscan discrepancias entre el valor total de un negocio y el precio en el mercado. Esencialmente aprovechan esas discrepancias ignorando la teoría del mercado eficiente o si las acciones se compraron el lunes o jueves, o si es enero o julio, etc...

Cuando los hombres de negocios compran empresas -que es justamente lo que están haciendo los seguidores de Graham & Dodd a través de acciones- dudo que se decidan a comprar en función del día de la semana o el mes. Si a la hora de comprar un negocio completo no se hace ninguna diferencia en si está siendo comprado un lunes o un viernes, me desconcierta como los académicos invierten tiempo y esfuerzo en analizar si existe alguna diferencia cuando lo que se compra son acciones , es decir parte de ese negocio. 

Los inversores que siguen a Graham y Dodd, huelga decir, no entran a discutir “la beta”, patrones de precios o la covarianza de los rendimientos entre los valores. Esas son cuestiones que no les interesan lo mas mínimo, es más, muchos de ellos tendrían problemas hasta para definir esos conceptos.

Los seguidores de Graham & Dodd se centran simplemente en dos variables; precio y valor.

Siempre me ha parecido extraordinario que existan multitud de estudios sobre el comportamiento de los precios y el volumen, materia de los chartistas. ¿Podéis imaginar comprar un negocio completo simplemente porque su precio ha subido la semana pasada y la anterior?

La razón de que muchos estudios se realicen sobre las variables de precio y volumen, es que ahora, en la era de los ordenadores, se dispone de un sin fin de datos sobre ellos. Pero dichos estudios no tienen utilidad alguna; es simplemente que los datos están ahí y los académicos han trabajado duro para aprender a manejarlos. Una vez que estas habilidades son adquiridas, parece “un pecado” no usarlos, incluso si el uso no tiene utilidad o todavía peor, si su uso es contraproducente. Como dijo un amigo, a un hombre con un martillo, todo le parece un clavo”.

A continuación Buffet realiza un repaso en la rentabilidad obtenida por los compañeros que trabajaron con él entre 1954 y 1956 en Graham-Newman Corporation y otros colegas conocidos. El análisis se refiere a datos obtenidos por ellos en diferentes periodos entre 1957 y 1984. y se nombra a inversores legendarios como Walter Shloss, Tom Knapp (Tweedy Browne Partners), Bill Ruane (Sequoia Fund), o Charlie Munger.


Buffet aclara que :

“…entre ellos apenas hubo duplicidad en sus carteras, unos tenían carteras muy concentradas como Munger y otros como Shloss muy diversificadas. Pero todos tienen un punto en común; seleccionar las acciones basándose en las discrepancias entre valor y precio.

Unos con formación económica y otros como Munger o Rick Guerin, sin ella”.



Además destaca Buffet:

“…es muy importante entender que este grupo ha asumido un riesgo mucho menor que la media, en muchos casos durante años en los que el mercado tuvo un comportamiento muy malo. 

Aunque entre ellos difieren en el estilo, todos mentalmente, actúan como si estuvieran comprando negocios, no comprando las acciones. Algunos de ellos, en ocasiones, han comprado el negocio en su totalidad pero a menudo simplemente se han limitado a comprar pequeñas partes de un negocio a través de acciones. Lo destacable es que su actitud, ya sea comprando la totalidad o una pequeña parte de un negocio, es siempre la misma; todos aprovechan la diferencia entre el precio del mercado y su valor intrínseco.

Estoy convencido de que hay mucha ineficiencia en el mercado. Todos estos inversores, seguidores de Graham and Doddsville, lo que han hecho es explotar con éxito las diferencias entre precio y valor.

En “value investing” si compras un billete de dólar por 60 centavos, es más arriesgado que si lo compras por 40 centavos, pero paradójicamente la expectativa de recompensa es mayor en el último caso. Cuanto mayor es el potencial de revalorización en la cartera de valores, menor será el riesgo existente”.



A continuación utiliza como ejemplo para explicar porque al comprar más barato el riesgo disminuye, a la Compañía The Washington Company:

“Con una valoración estimada de 400 millones de dólares, la empresa se vendía en el mercado en 1974 por 80 millones. Si la hubiéramos comprado por ese precio y posteriormente baja hasta 40 millones de dólares, su beta hubiera aumentado. A la gente que piensa en la beta como medida de riesgo y teniendo en cuenta que la beta habrá aumentado al bajar el precio, esa beta les llevará a la conclusión de que la acción tiene más riesgo si se compra a 40 millones que si se hace a 80 millones. Esto es realmente Alicia en el País de las Maravillas. Nunca he sido capaz de averiguar la razón por la cual es más arriesgado comprar 400 millones en propiedades por 40 millones de dólares que hacerlo por 80 millones de dólares.

Pero para que todo esto funcione es necesario tener los conocimientos necesarios para ser capaz de estimar la valoración del negocio y a continuación aplicar lo que Ben Graham llama tener un margen de seguridad. No trates de comprar negocios que valen 83 millones de dólares por 80 millones de dólares. Tienes que darte un gran margen. Cuando construyes un puente insistes en que pueda aguantar 30.000 libras cuando realmente solo van a pasar camiones de 10.000 libras. Ese mismo principio funciona también en la inversión.”



Buffet concluye explicando las razones por las que pone a disposición de los demás sus conocimientos y experiencias:

“Algunas personas con visión muy comercial pueden preguntarse porque escribo este artículo. Atrayendo a muchas personas al estilo “value” necesariamente se estrecharán los márgenes entre precio y valor. 

Únicamente puedo decir que el “secreto” ha estado ahí fuera durante 50 años (ahora serían 75 años), desde que Ben Graham y Dave Dodd escribieron “Security Analysis”, sin embargo no he visto una tendencia hacia el estilo “value” de inversión en mis 35 años de actividad. Parece que existe alguna perversa característica en el ser humano por la que le gusta complicar las cosas.

En cualquier caso el mundo académico se ha apartado durante los últimos 30 años de la enseñanza del “value investing” . Es probable que continúe de esa manera”.



Han pasado otros 25 años y definitivamente el verdadero “value investing” ha seguido prosperando y batiendo sistemáticamente al mercado.

Como ejemplo de inversores “value” que en los últimos años, con diferentes aproximaciones, han batido claramente al mercado,


Los mejores de la “década perdida” según Mornignstar.

Fuente: Morningstar

De 1-1- 2000 a 16-11-2009

Índice de referencia

Bruce Berkowitz

+13,02%

-0,39%

Jean Marie Eveillard

+12,5%

-0,88%

Donald Yachtman

+11,97%

-0,39%

Charlie Dreifuss

+11,98%

-0,39%


Otros grandes gestores.

Fuente : Gurufocus

De 1-1- 2000 a 31-12-2009

Índice de referencia

Martin Whitman

+10,3%

-8,1%

Robert Rodriguez

+12,4%

-8,1%

Warren Buffet

+12,2%

-8,1%

Cristopher Brown

+4,7%

-8,1%



Incluso en España

Fuente Bestinver

De 30-10-2001 a 30-10-2010

Índice de referencia

Bestinfond

+14,5%

-3,8%

Best. Internacional

+9%

-2,2%


Para los que piensen que superar al mercado por 15 o 20 puntos de media durante 10 años no es para tanto, les aconsejo que se pongan unos números en una hoja de cálculo y mediten la diferencia.

Afortunadamente para los que creemos en este modelo de inversión las cosas no han cambiado demasiado en los últimos 25 años ni entre los inversores ni en el mundo académico. Según Wikipedia en un estudio realizado en el año 2004 de 23.000 documentos elaborados en el ámbito universitario solo hay 20 referencias a alguna publicación relacionada con Warren Buffet, sin duda el mejor inversor en acciones (y probablemente empresario) de las últimas generaciones.

Muchos en ese mundo lo siguen considerando una pura cuestión de suerte.

Pero ya lo dijo Buffet en 1984 y los datos anteriores confirman que sus manifestaciones se encuentran plenamente vigentes:

“los barcos navegarán alrededor del mundo, pero los partidarios de que la tierra es plana continuarán floreciendo. Mientras, en el mercado, seguirán existiendo amplias discrepancias entre precio y valor, y quienes lean a Graham & Dodd continuarán prosperando".


Koldo.

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

DIVIDENDOS FRENTE A DEPOSITOS

A continuación reproduzco un comentario realizado por mi el pasado 3 de Noviembre de 2010 a un articulo publicado en El Confidencial.

Personalmente me parece mucho menos arriesgado comprar grandes multinacionales que proporcionan suculentos dividendos de forma trimestral, en muchos casos de forma interrumpida desde hace varias decenas de años, dividendo que se incrementa por encima de la inflación todos los años, empresas que jamás en su larga historia han tenido pérdidas.

Las grandes multinacionales precisamente por operar en diferentes países, se encuentran al margen de los caprichos y regulaciones de un país concreto.

En mi opinión es mucho más seguro invertir en una gran multinacional de estas características, que dejar el dinero en un banco bajo una única regulación y apoyado por unos Estados que en muchos casos están al borde de la quiebra. Las claves como siempre son elegir bien la empresa y comprarla al precio correcto.

Durante la llamada “década perdida” (2000-2010) se han dado casos de excelentes empresas que a pesar de su ventaja competitiva, aumento de beneficio, de ventas y dividendos, apenas han tenido recorrido y se encuentran a niveles del año 2.000.

¿Cuál es la razón? Muy sencilla; en el año 2.000 estaban demasiado caras y en el año 2.010 están muy baratas. Un ejemplo claro es Johnson & Johnson (JNJ). JNJ ha casi triplicado sus ganancias por acción (EPS) desde 1.70$ a 4,80$. Sin embargo el PER en el año 2.000 era de 30 veces (demasiado elevado) mientras que en el 2.010 ha alcanzado las 11 veces.

La conclusión es que aunque la evolución del negocio de JNJ ha sido ha sido excelente, la evolución de la acción ha sido discreta oscilando entre los 50$ la acción del año 2.000 a los 60$ del año 2.010.

Conviene también que el dividendo sea creciente y sostenido. El dividendo debe ser creciente pero para eso el Beneficio por acción debe crecer. Si no crece o se limita a mantener cuidado suele significar que los resultados flojean.

Hay que diferenciar las buenas Compañías que crecen y donde los dividendos suben cada año, de otras que aunque dan dividendo apenas los suben en 10 años o toman prestado para poder repartirlo como ocurrió con GM en los años previos a la crisis.

En mi opinión no se deben comprar dividendos sino excelentes empresas que repartan buen dividendo y sea creciente.

No hay que olvidar que lo peor que le puede ocurrir a un inversor de acciones con dividendo es que la empresa recorte el dividendo. Esto conllevaría un doble efecto; en primer lugar la perdida del dividendo y en segundo lugar la casi segura disminución en la cotización. Al tratarse de acciones cuyos tenedores lo son fundamentalmente por el dividendo al reducirse drásticamente o incluso suprimirse se producirá una salida tumultuosa de la acción. Para evitar que esto ocurra, una vez más, la estabilidad del negocio, sus fundamentales y el historial en el pago de dividendos son los elementos esenciales.

Jamás debe comprarse una acción, únicamente por el dividendo.

De las que comentas me gustan JNJ, WMT y Nestlé. Las demás la verdad es que no las conozco. Bueno si me suenan; pero están fuera de mi “circulo de competencia”.

Para terminar recordar que la combinación de interés compuesto y reinversión de los dividendos al precio adecuado es lo que produce una rentabilidad explosiva en el tiempo.

Incluso en ocasiones que se mantenga el precio estable puede ser interesante. La gente cree que los precios deben subir constantemente para que merezca la pena, pero verdaderamente si no piensas vender sino coger los dividendos y reinvertir es preferible que se mantenga estable y el interés compuesto juegue con toda su potencia. A esta cuestión ya me referí en plena crisis http://moatcapital.blogspot.com/2008/11/dividendos.html A los que tomaron nota no les habrá ido nada mal.

Jeremy Siegel de Wharton afirma que la reinversión de dividendos es lo que más contribuye en el efecto del interés compuesto.


Koldo

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